
“Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica”.
1 Corintios 10: 23
Hace unos meses atrás una persona se me acerco y me
cuestiono porque razones había dejado de asistir a lugares que antes frecuentaba, no entendía por
qué había dejado las cosas que antes las disfrutaba, e insistía en que la iglesia cristiana lo único que hacía era lavar
la cabeza y vino a mi mente este versículo,
entonces se lo dije. Después de esto me tome el tiempo para explicarle la obra
de mi amado Espíritu Santo, y aunque no lo haya recibido con agrado, fue mi
momento para predicarle.
Cuando comencé a congregarme tenía miedo de que me quieran
imponer que hacer y que no, sinceramente nunca me gustaron seguir las reglas,
era bastante rebelde lo admito. Mi pensamiento era asistir a la iglesia pero no dejar de hacer lo que en ese momento me
agradaba, hasta que el hermoso Espíritu que habitaba en mí, comenzó a dirigirme
para que anduviese en la voluntad del Padre. Cada vez que aumentaba mi comunión
con él, más reconocía su voz.
La primera vez que Dios me revelo esta palabra entendí que Él
no es un Dios imponente, con él tenemos libre albedrío, es decir podemos elegir
que es lo que queremos. Sabemos que por medio del sacrificio de Jesús en la
cruz hoy vivimos bajo la gracia, pero lastimosamente a veces comprendemos mal y
la llevamos al libertinaje. Tampoco hablo de ser legalistas como en aquellos
tiempos lo eran los fariseos, hablo de ser sabios y encontrar un punto de
equilibrio entre las dos cosas.
Decidamos caminar en la voluntad del Padre, haciendo lo que Jesús
haría, después de todo somos cristianos, es decir somos seguidores de Cristo
por elección y no por imposición.Busquemos las cosas que nos convienen, las
cosas que nos van a edificar y no las cosas que nos puedan contaminar.
Marquemos la diferencia, seamos luz en la oscuridad. . Pero sobre todo y lo más importante busquemos al Padre en
la intimidad, es ahí en donde él nos revela su persona, y en donde comenzamos a
conocer que es lo que le agrada y que es lo que no.
¡Bendiciones!
No hay comentarios:
Publicar un comentario