Ya todos
conocemos la historia de David y Goliat, así que no pretendo redundar en ella.
Lo único que quiero es contar lo que me llamó la atención de esta. Hace poco leyendo un
libro encontré una reflexión de la historia que nos aconsejaba que creamos más
en nosotros mismos, que tengamos confianza en nosotros, así no hay nada
imposible. Por esto me pregunté si se trataba de la misma historia. Por eso
decidí volver a la palabra de Dios. Releí esos capítulos y terminé de confirmar de que, SI, que al parecer
este señor estaba errado en su posición.
Si hacemos
un poco de memoria, el filisteo Goliat
era un GIGANTE, siendo David apenas un
muchacho joven que no tenía experiencias en las guerras, pues nunca había
estado en una antes y que más de uno lo subestimaba. Pero a pesar de esto David
se enfrentó a Goliat SIN ESPADA, distinto a la manera de luchar que tenían los
filisteos y hebreos en aquellos tiempos. Sin embargo, resultó victorioso,
derribó al gigante.
Quiero
destacar lo que el joven dijo antes de destruir a su contrincante:
“Tú vienes contra mí con espada,
lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del SeñorTodopoderoso, el
Dios de los ejércitos de Israel, a los que has desafiado.
Todos los que están aquí reconocerán
que el Señor salva sin necesidad de espada ni de lanza. LA BATALLA ES DEL
SEÑOR, y él los entregarán a ustedes en nuestras manos.”[i]
David sabía
que se enfrentaba a un Gigante, sabía también que no iba preparado para luchar.
Pero él sabía y entendía que iba en nombre
del Señor, y que la batalla era del Señor.
Con esto no digo que hay que auto-boicotearse,
tampoco digo que hay que desconfiar de uno mismo, si no más bien, todo lo
contrario. Pero lo que no es bueno es sentirse autosuficiente, porque no lo
somos. Si te crees autosuficiente lo más probable es que te desilusiones con
vos mismo, porque no contás con las suficientes
fuerzas para vencer a “los gigantes” que existen en el mundo. En la biblia Dios nos da esta hermosa
palabra que se encuentra en el libro de Zacarías 4:6 “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu”
Que
grandioso es saber que contamos con su espíritu. Una vez que le entregamos
nuestras batallas para que el espíritu de Dios se encargue, podemos descansar y
en ese momento viene a nosotros la Paz. Pero una paz verdadera, una paz que
está más allá de todo entendimiento humano. Una paz plena, no superficial como
las que nos ofrece el mundo.
Dios es
grande, más grande
que el gigante que podamos enfrentar.

Me encantó! Gracias por compartir estas palabras que sin duda provienen de Dios! Aquí hay sabiduría de lo alto!
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ResponderEliminarHay poca gente que se dedica a las cosas de dios y a difundir su palabra!! 👌
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