lunes, 9 de noviembre de 2015

Vence a tu gigante

Ya todos conocemos la historia de David y Goliat, así que no pretendo redundar en ella. Lo único que quiero es contar lo que me llamó  la atención de esta. Hace poco leyendo un libro encontré una reflexión de la historia que nos aconsejaba que creamos más en nosotros mismos, que tengamos confianza en nosotros, así no hay nada imposible. Por esto me pregunté si se trataba de la misma historia. Por eso decidí volver a la palabra de Dios. Releí esos capítulos y  terminé de confirmar de que, SI, que al parecer este señor estaba errado en su posición.
Si hacemos un poco de  memoria, el filisteo Goliat era un GIGANTE, siendo  David apenas un muchacho joven que no tenía experiencias en las guerras, pues nunca había estado en una antes y que más de uno lo subestimaba. Pero a pesar de esto David se enfrentó a Goliat SIN ESPADA, distinto a la manera de luchar que tenían los filisteos y hebreos en aquellos tiempos. Sin embargo, resultó victorioso, derribó al gigante.  
Quiero destacar lo que el joven dijo antes de destruir a su contrincante:
“Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del SeñorTodopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a los que has desafiado.
Todos los que están aquí reconocerán que el Señor salva sin necesidad de espada ni de lanza. LA BATALLA ES DEL SEÑOR, y él los entregarán a ustedes en nuestras manos.”[i]
David sabía que se enfrentaba a un Gigante, sabía también que no iba preparado para luchar. Pero él sabía y entendía que iba en  nombre del Señor, y que la batalla era del Señor.
 Con esto no digo que hay que auto-boicotearse, tampoco digo que hay que desconfiar de uno mismo, si no más bien, todo lo contrario. Pero lo que no es bueno es sentirse autosuficiente, porque no lo somos. Si te crees autosuficiente lo más probable es que te desilusiones con vos mismo, porque no contás con las suficientes  fuerzas para vencer a “los gigantes” que existen en el mundo. En la biblia Dios nos da esta hermosa palabra que se encuentra en el libro de Zacarías 4:6 “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu”
Que grandioso es saber que contamos con su espíritu. Una vez que le entregamos nuestras batallas para que el espíritu de Dios se encargue, podemos descansar y en ese momento viene a nosotros la Paz. Pero una paz verdadera, una paz que está más allá de todo entendimiento humano. Una paz plena, no superficial como las que nos ofrece el mundo.
Dios es grande, más grande que el gigante que podamos enfrentar.




[i] 1 Samuel 17:45; 47 Nueva Versión Internacional (NVI)